miércoles, 3 de septiembre de 2014

El Fu: la moneda olvidada



Aprovechando que estoy inmerso en la partida de Zakyo Toshi, voy a aprovechar para introducir un elemento oficial en la misma. Se trata de una nueva moneda que aparece en Secrets of the Empire y podría ser útil en el juego.

Fabricada a partir de hierro de mala calidad, el Fu es una divisa de cuño local que normalmente sólo emiten las autoridades locales donde no hay un gran volumen de comercio, pero sí el suficiente como para que exista necesidad de moneda local. Por ello, se la suele encontrar en pueblos grandes y pequeñas ciudades, sobretodo si no hay comercio con otros clanes.

Un Fu equivale a diez zeni, y es la moneda que usan los heimin para las compras y ventas. En las zonas rurales, el intercambio en especies suele ser la norma, y no hay bastante margen de excedentes como para justificar su presencia. En cambio, en los puertos de ríos y zonas de paso, e incluso en las ferias y ciudades importantes para el comercio local, es emitida por el señor feudal. De hecho, no sería extraño que en cada provincia de Rokugán existiese un Fu con el nombre del daymio grabado en él.

Debido a las particularidades de la economía basada en el arroz de Rokugán, las divisas entre los distintos clanes no son equivalentes en absoluto (aunque en la práctica en el juego no se haga tal distinción en aras de simplificar y primar la sencillez sobre la realidad). La razón es que un koku puede intercambiarse por arroz, de la misma manera que antiguamente se podía cambiar los billetes por oro del banco. Un koku de la Grulla valdrá siempre más que el del Dragón, por la simple idea de que el clan de Doji-no-kami es el mayor productor de arroz del Imperio, y cualquier clan puede intercambiar su koku por el equivalente en arroz en cualquier momento, mientras que la familia Mirumoto, con sus altas montañas en donde el arroz no sólo no abunda, sino que es de peor calidad, no puede asegurar con la misma certeza que tendrá arroz en sus reservas. Lo mismo ocurre a mayor o menor escala con el resto de clanes. Además, una buena cosecha puede devaluar el koku y una mala aumentarlo, dependiendo de diversos factores. Estas cuestiones económicas son las que dan tanto poder a la Grulla y con la que juegan los mercaderes y samuráis que se dedican al negocio en Rokugán.

Con esta noción clave de la economía rokuganesa en mente, volvemos al Fu. Diez de estas monedas de hierro, equivalen a un zeni. Pero no a uno cualquiera, sino al de la divisa de su clan. Además, su valor es tan pequeño a nivel económico (un Fu equivale a arroz para un día) que no interesa para los grandes comerciantes hacerse con él. Por tanto, sólo los campesinos, peregrinos, artesanos y comerciantes (que no mercaderes, que son otra cosa) tienden a usarlos. Los ronin y samuráis locales, a veces, hacen uso de él.



Esto nos lleva a donde quería llegar: la ciudad de Zakyo Toshi.

Es un lugar en el que gente de muchas partes, principalmente criminales, va a gastar dinero. Pero la cuestión es, ¿qué moneda usan? Porque las mercancias que traen las venden en la ciudad, o vienen con dinero de otras partes del Imperio para gastarlos. Si decimos que un koku o bu de la Grulla no valen lo mismo que el del Cangrejo, ¿qué precio han de cobrar, por ejemplo, las cortesanas de la Casa de las Peonías? ¿Un bu Grulla o dos Cangrejo? Para evitar esto, el Magistrado Esmeralda de la ciudad ha obtenido licencia para acuñar sus propios Fu.

De la misma manera que al entrar en un casino de Las Vegas el dinero se intercambia por fichas, a los honorables visitanes de la ciudad se les anima a hacer lo mismo. Los anzan, la clase mercantil, tienen expertos "tasadores" (en realidad peristas) que evalúan el precio de los objetos o bienes y lo intercambian por Fu de Zakyo. Esta moneda sólo es de curso legal en los límites de la urbe y no tiene valor alguno fuera. Esto es un problema para los visitantes, pues es posible que no gasten todo el dinero y quieran obtener koku y bu para otros lugares del Imperio. El Magistrado no puede emitir ni siquiera un zeni de curso legal, por lo que los anzan podrían tener un problema frente a clientes enfadados, y tener a una banda de bandidos enfadados no es bueno para el negocio ni la salud. 

Aquí entran los comerciantes Yasuki en juego con una gran oferta, ofreciendo intercambiar los Fu de Zakyo por zeni, bu y koku del Cangrejo. Nadie da más. A cambio, los Yasuki obtienen acceso al mercado negro de estos objetos, que compran a precio de ganga, y usan sus contactos para venderlos y ganar su dinero. Todos salen contentos: los clientes, los comerciantes y artesanos locales, los anzan, los Yasuki y el Magistrado, que puede intercambiar igualmente sus Fu por monedas Cangrejo y entregarlos al Emperador en una estructura de lavado de dinero.

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